Si el blackjack fuera solo un juego de cartas, no pasaría de ser uno más entre los muchos juegos dedicados a puntuación. Pero no es así. Ha llegado a convertirse en un juego de gran renombre en todo el mundo debido al hecho de que las habilidades que se necesitan para ser un buen jugador van más allá de la pura fortuna, necesaria en todo juego de azar por otra parte.

Junto con el póker, puede que se trate de uno de los juegos más sutiles. El jugador necesita jugar también contra sí mismo para llegar a vencer. A diferencia del póker, el jugador no juega contra los demás jugadores sentados a la mesa, sino contra la banca, representada por el crupier. Sin embargo, necesita tener en cuenta las cartas de los demás para saber lo que tiene que hacer. Saber interpretar correctamente las cartas de los compañeros de mesa y las del crupier es lo que da ese punto de maestría y lo que marca la diferencia entre los buenos jugadores y los mediocres.

No importa cuántos jugadores haya en la mesa, aunque normalmente el tope se fija en siete. Todos juegan contra la banca y el objetivo es conseguir 21. Las cartas numéricas juegan con su puntuación nominal, las figuras valen 10 y el As puede valer 1 o 11, dependiendo de lo que necesite el jugador.

El juego se desarrolla de la siguiente forma: el crupier reparte dos cartas descubiertas a cada jugador en la mesa y otras dos para sí mismo, aunque la primera queda cubierta y no visible para los jugadores, aunque esta regla no siempre es igual en todos los casinos. Y aquí hablamos de la diferencia entre el blackjack europeo y el americano, mientras que en el europeo el crupier se reparte dos cartas descubiertas, en el americano se reparte la primera descubierta y la segunda tapada.

A partir de este momento, cada jugador decide si quiere pedir más cartas o plantarse. Plantarse demasiado alejado de 21 supone un riesgo evidente de perder, pero arriesgarse con una puntuación alta supone riesgo de pasarse y perder, asimismo.

Si un jugador obtiene 21, o blackjack, con dos cartas gana directamente, no importa lo que tenga la banca, que se rige por normas severas. Por ejemplo, con una puntuación menor o igual a 16, la banca está obligada a pedir carta, y solo puede plantarse con una puntuación igual o superior a 17. Hay toda una batería de reglas acerca de cómo plantarse, doblarse, separar una apuesta para convertirla en dos, o rendirse. Recomendamos al aficionado que quiera profundizar, hacerse con un manual de blackjack o dirigirse a cualquiera de los muchos casinos en la Red que tienen áreas de ayuda e información en las que es posible descargar documentación adicional.

Ahora toca informarse y empezar a jugar. Suerte.

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